sábado, 21 de noviembre de 2009

El baile cinquiado

EL BAILE CINQUIADO

Corren los años 50, en adelante hasta finales de los setenta, desde mi casa que fue la primera Tienda del pueblo, mi padre Vicente Ramírez la bautizo como “Tienda La Colmenita”, observaba como en la fiesta Titular del Pueblo que celebramos en Enero, en honor a San Sebastián Mártir el día 19 de Enero bajaban de los cantones, jóvenes y adultos a la feria del Pueblo, a esa fecha ya estaban los juegos mecánicos, el 19 era el baile de gala, siempre llegaban orquestas por ejemplo : La Orquesta Zúñiga, Orquesta Hermanos Flores y otras de esa época .

Las personas que venían de los cantones disfrutaban esa noche de los juegos mecánicos (la voladora, la Chicao), mientras en la Alcaldía Municipal y posteriormente en la pista de baile estaba la fiesta de gala, la cual terminaba alrededor de las 2 de la madrugada, cuando las fiesta de gala se realizaba en la Alcaldía, solamente se esperaba que la Orquesta retirara sus instrumentos y comenzaba el baile cinquiado, para entonces ya era 20 de Enero.

Este baile casi en su totalidad se realizaba con las personas de los cantones, pues bien comenzaba porque llegaran las señoritas y señoras de la localidad invitadas previamente por el Comité de Festejos, los hombres hacían su presencia sin necesidad de invitación, los cohetes de vara reventados a esa hora indicaban que el baile se daba por iniciado. Los jóvenes hacían su recorrido visual y solicitaban bailar esa pieza a la joven, quien generalmente aceptaba y si desarrollaban simpatía entre ellos seguían bailando, bueno el nombre cinquiado es porque se cobraba cinco centavos de Colón por cada pieza que bailaban, ahora creo que habían cuando menos 150 parejas bailando, pero se preguntaran como cobraban esos cinco centavos, el Comité de Festejos ya había designado los cobradores, debieron ser como cuatro, comenzaban a cobrar de los extremos de la pista de baile y coincidían en el centro, debían tener mucha habilidad al cobrar porque al terminar la pieza de baile ellos debían haber recolectado el dinero de cada persona que bailó.

Me recuerdo que la generalidad guardaba el dinero en su mano que estaba colocado en la cintura de su bailadora y solamente lo soltaba cuando pasaba el cobrador de la fiesta, otros se colocaban la moneda en el orificio de la oreja y la retiraban hasta que se la daban al cobrador.

Yo disfruté algunas veces de esa fiesta, me encanta la música de cuerdas. Recuerdo la sencillez y el respeto de cada uno de esos jóvenes con los que tuve el privilegio de danzar.
Ryna Esperanza Ramírez de Díaz
Noviembre de 2009.

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